Algunos países, como Reino Unido o Alemania, se oponían a la ampliación de este permiso, debido a su alto coste. Otros, rechazaban la directiva con el argumento de que la decisión debía corresponder a cada Estado. Actualmente, en países como España o Alemania el permiso es de 16 semanas; en Malta son 14 y en Estonia, las madres tienen 20 y son obligatorias.
"El objetivo es presentar nuevas iniciativas desde ahora mismo y abrir un período de consultas entre las partes interesadas", señalan fuentes del Gobierno de la UE. Bruselas espera tener una nueva directiva que regule un mejor equilibrio entre la vida profesional y personal para 2016.
"Es hora de volver a empezar después del fracaso en el Consejo y Parlamento", ha declarado el vicepresidente primero del Ejecutivo comunitario, Frans Timmermans, en su perfil de Facebook. El dirigente holandés avanza que las nuevas áreas que hay que explorar "en profundidad" serán; el permiso por maternidad, el derecho a tener horarios de trabajo más flexibles —tanto para mujeres como para hombres—, baja por paternidad y la posibilidad de conciliar el trabajo con el cuidado de niños y dependientes.
La Comisión, según su hoja de ruta, quiere promover de esta forma el teletrabajo, el trabajo compartido y una mayor flexibilidad en las horas laborables. Según el documento, la baja por paternidad ocupara gran espacio en el nuevo debate a partir de hoy, algo por lo que la Eurocámara lleva luchando varios años. Dentro de la baja por maternidad —en la que se especifica que debe ser más flexible y protectora con la mujer en el trabajo—, la Comisión propone que se tenga en cuenta el período de lactancia en la reincorporación a la vida laboral de las mujeres.
Timmermans se ha comprometido a alcanzar una serie de medidas legislativas y no legislativas que protejan a la mujer, puesto que "son las más vulnerables de caer en la pobreza", ha dicho. El vicepresidente avisó el pasado 31 de julio a Jean Asselborn, ministro de Exteriores de Luxemburgo (que ostenta hasta final de año la presidencia de la UE) de sus intenciones diciendo en una carta que quería "romper con la propuesta anterior y proponer nuevas medidas", según la misiva a la que ha tenido acceso EL PAÍS. La misma carta fue enviada al presidente del parlamento, Martin Schulz, según fuentes del Ejecutivo comunitario.
Mediante la cancelación de la directiva que llevaba ocho años en disputa —varios países de la UE (España no estaba entre ellos) estaban en contra de aplicar más flexibilidades para conciliar la vida laboral y personal—, Timmermans plantea ahora un nuevo debate "más activo", según fuentes comunitarias.
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